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Charlas con mis hijos: qué aprendió mi hijo de 14 años de Forrest Gump

Aprendiendo Con Forrest Gump

Aprendiendo con Forrest Gump

Este fin de semana zapeando sin destino nos volvimos a enganchar a Forrest Gump. Ya la hemos visto todos en la familia alguna vez. Yo el que más y para Conradito era su 3ª vez. Cuando terminó la película me sorprendió lo que había sido su lección principal de la película.

Yo le pregunté: -¿te has dado cuenta de que el dinero no es tan importante en la vida?

-No lo había pensado, pero yo he sacado una lección más interesante.

-Que no hay que meterse con los más débiles o que no hace falta ser el más listo para triunfar en la vida.

– Bueno esa también, pero otra lección.

-Que se puede ser feliz de muchas maneras y que para cada uno es diferente.

-No papá, para mi la lección más importante ha sido que se puede ser más de una cosa en la vida.

Me llamó mucho la atención su respuesta porque yo no había pensado sobre ese tema, por eso le insistí: -¿A qué te refieres con ser más de una cosa en la vida?

-Pues a eso papá, a que en una vida te puede dar tiempo a hacer y a ser más de una cosa. Yo pensaba que se estudiaba para ser una cosa, si tenías suerte la conseguías y seguías creciendo y mejorando hasta los 30s o así, pero no había pensado que podrías ser deportista profesional, soldado, pescador, cortacésped, millonario…

-Es una buena lección Conri. Yo no había pensado en ese aspecto, pero así es. Puedes ser muchas cosas diferentes a lo largo de la vida.

-Pues me quedo mucho más tranquilo porque yo pensaba que ya tenía que elegir lo que iba a ser el resto de mi vida. Saber que se puede cambiar me quita presión porque pensaba que tenía que elegir al terminar el bachillerato.

La verdad es que me quedé de piedra, no por lo que me dijo, sino por todo lo que implicaba la concepción de una vida normal según lo entendía mi hijo y asumo que según lo entenderán muchos de nuestros hijos.

Desde luego, yo lo he aprendido para tratarlo con todos mis hijos: en la vida se puede cambiar muchas veces: de aficiones, de oficios, de carrera, de trabajo, de ciudad y hasta de país y de amigos… y la vida no acaba a los 30 años, a los 40, 50 y después se puede seguir teniendo máxima ilusión por conseguir cosas nuevas y diferentes.

Conrado MartínezAutor: Conrado Martínez
www.conradoymas.com

 

 

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