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El golf, el hándicap y las relaciones con mi hijo

La Familia, El Golf Y El Hándicap

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El hándicap de golf

El golf, entre otras muchas peculiaridades, tiene el tema del hándicap; todos los jugadores federados tenemos un hándicap que es una medida objetiva del nivel de cada jugador.

El hándicap nacional va de 0 que son los profesionales a 36 que es nivel de los principiantes que ya pueden salir al campo solos.

Participando en torneos, si lo haces bien, consigues bajarlo y hasta este fin de semana, 9 de abril de 2016, mi hijo Conrado tenía un hándicap superior al mío.

Mi hijo, yo y el hándicap

Parece que tardarán mucho más, pero cuando los niños empiezan a dedicarle tiempo al golf, su nivel mejora mucho más rápido que el de los viejetes sin tiempo para entrenar y aunque pensaba que le aguantaría hasta los 16 años, este fin de semana mi hijo hizo una vuelta de 76 golpes en el Campeonato de Madrid de Infantiles y bajó a hándicap 9,2, superando así mi actual hándicap de 10,1.

Una gran alegría para el niño, pero mayor para el padre que ve la evolución de su polluelo… Un orgullo difícil de explicar.

Ya he escrito alguna vez sobre el golf infantil y las virtudes de este deporte, que enseña como ninguno la tolerancia al fracaso y la necesidad de esfuerzo para conseguir mejorar.

Pero lo mejor del golf es que, compartiendo pasión, se consigue una relación padre e hijo difícil de igualar en otros ámbitos.

Gracias al golf un padre y un hijo pueden compartir 4 horas en el campo haciendo algo divertido juntos y charlando de todo un poco. También gracias al golf puedes ver cómo mejora y como va evolucionando.

Es muy divertido jugar al golf con tus amigos, también lo es poder competir sin límite de edad, pero lo más curioso del golf es que pueden compartir partido 4 personas que no tengan nada en común más que su pasión por el golf y pasárselo estupendamente.

Nosotros todas las vacaciones medimos nuestras fuerzas con amigos y desconocidos, pero principalmente con nosotros mismos.

Nuestro hándicap nos dice dónde estamos y cómo estamos evolucionando y los objetivos de mejora siempre te los pones alrededor de tu hándicap.

Bajar de hándicap siempre es algo muy difícil, pero a medida que bajas se complica más y más. Bajar de 30 a 20 es muy complicado, pero bajar de 20 a 15 es muchísimo más difícil; alcanzar el hándicap 10 es misión imposible para la mayoría de los adultos que empezamos a jugar al golf ya de mayores.

Conseguir un hándicap de un solo dígito es una barrera difícil de cruzar (yo lo tenía hasta hace unos meses), pero estando en un solo dígito bajar cada punto es un esfuerzo exponencial con respecto al anterior.

Pero como decimos los que jugamos al golf: si fuera más fácil, no sería tan divertido. Lo adictivo de este deporte es su complicación.

De todos modos, este año voy a intentar dedicarle más parte de mi tiempo libre al golf para intentar bajar a 7 este verano (7,9 me vale, pero quiero bajar de 8) y ojalá esto no sea suficiente y mi hijo consiga bajar más, pero lo que es seguro es que estas vacaciones de verano las espadas estarán en todo lo alto.

Además, también tengo a Rocío que acaba de conseguir su hándicap nacional 36 y la semana que viene jugará su primer torneo de 18 hoyos largos y también está Jorge que empieza este trimestre sus clases y apunta maneras.

En fin, confío en poder seguir compartiendo pasiones con la familia durante mucho tiempo y que todos seamos “single digit”, pero mucho más importante que el hándicap es que todos sigamos divirtiéndonos compartiendo nuestro tiempo libre.

 

 

Conrado MartínezAutor: Conrado Martínez
www.conradoymas.com

 

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