La vida implica dolor, fricción y complicaciones, por eso el saber elegir tus preocupaciones es una de las grandes claves para ser más feliz.
Viaje a Roma de fin de semana con niños

Aprovechando que acabo de volver de mi viaje a Roma voy a compartir mis experiencias de fin de semana largo (en realidad salimos el viernes por la tarde y volvimos el lunes) con los niños.
Roma con el tiempo se ha convertido en una de mis ciudades favoritas. De pequeño he ido muchos veranos y ya de mayor he ido en todo tipo de planes: con dinero, sin dinero, en avión, en coche en moto y hasta incluso en tren con el Interrail. También he ido solo y con pareja, pero nunca había ido con la familia.
La verdad es que me daba un poco de miedo el llevar a los niños porque Roma es una ciudad para andar y andar y quizás podría ser demasiado para ellos, pero sin embargo, todos hemos vuelto encantados de nuestro viaje a Roma.
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Qué ver en Roma
En realidad, en un viaje a Roma hay que ver todo. Lo más bonito es andar por sus calles y saber perderse con una justa combinación de calles grandes y bulliciosas con rincones escondidos llenos de encanto.
Resumiendo nuestra experiencia de 3 días por si puede servir a alguien para darle ideas:
DÍA 1 EN ROMA:
Empezamos nuestro viaje a Roma el viernes y sólo nos dio tiempo a llegar al hotel, muy bien situado por cierto, a 3 manzanas de la Fontana de Trevi, cenita y helado en la Fontana antes de volver al hotel.
El tema del hotel en Roma es algo importante porque los hoteles son caros y peores que los españoles. A mi gusto, lo más importante para un viaje de fin de semana es que esté muy bien situado ya que vas a estar todo el día andando y sólo lo vas a visitar por la noche para dormir.
Un truco que recomiendo es no pedir el hotel con desayuno. Principalmente por 2 motivos: así tienes excusa para tomarte un buen capuchino y un «cornetto» (croissant) en cualquier bar de la calle y porque así no te llenas y te dejas hueco para probar los múltiples placeres culinarios de las calles de Roma.
DÍA 2 EN ROMA:
Cuando hagas tu viaje a Roma, hay cosas que hay que planificar a prirori; por ejemplo, nosotros hicimos la reserva online previa de la visita al Museo Vaticano desde Madrid. Aunque cuesta 4€ más es fundamental para ahorrarte unas colas interminables y el asedio de los guías callejeros que se ofrecen para ahorrarte la cola a un módico precio.
Salimos tranquilamente por la mañana y anduvimos agradablemente hacia el Vaticano con una parada antes para ver (desde fuera, no entramos para reservar fuerzas) al Castillo de Sant´Angelo.
Llegamos al Vaticano media hora antes de nuestra hora (las 12), pero no importa porque no controlan la hora de la reserva, así que puedes entrar antes sin problemas. Fundamental empezar por el Museo del Vaticano y dejar la visita a la Basílica para por la tarde después de comer.
En el Vaticano puedes invertir todo el tiempo del mundo, así que cada uno se lo adapta a sus gustos. Nosotros estuvimos un par de horas por la mañana en el Museo; mención especial para la Capilla Sixtina y después de comer en una Pizzeria a unos 15 minutos de la zona (hay que alejarse un poco del Vaticano para encontrar algún restaurante italiano y no las cochambres especiales para turistas de la zona), fuimos a la cola para entrar en la Basílica del Vaticano.
Sólo se me ocurre una palabra: ACOJONANTE!
Algo digno de ver y que impresiona por igual a niños que a mayores. Y sobre todo, no os perdáis la Piedad de Miguel Angel que está nada más entrar a la derecha. Como hay tanto que ver hay que se le olvida, pero es una pieza super impresionante. No es sólo su belleza, sino todo el peso de lo que representa y en el marco donde está.
En esta ocasión entré por 1ª vez en la Capilla de Juan Pablo II y no sé porqué, pero tengo que reconocer que me emocioné profundamente.
Después del Vaticano anduvimos tranquilamente hasta Plaza Navona. Otro punto imprescindible de cualquier viaje a Roma. Las calles de alrededor están llenas de pequeños bares donde descansar.
Nosotros hicimos doble descanso: primero cervecita y después heladito.
En España nunca tomo helado, pero en Italia es imprescindible forrarse a helados. ¡Qué cosa más rica! No sé cuanto tardaré en bajarlos pero ha merecido la pena :).
De Plaza Navona a Plaza de España; otro de los mitos que a todo el mundo le suena, aunque sólo sea por haberla visto cientos de veces en las películas.
Entre medias también se puede dar un paseito por la Via del Corsi: la zona shopping para turistas de Roma. Toda la zona también es digna de ver: la mezcla de las mejores tiendas, con tiendas de turistas, bares, artistas callejeros, etc.
Mi recomendación: deja el mapa y piérdete por la ciudad. Cuando tengas que volver lo vuelves a coger, pero mientras simplemente pasea y abre los ojos para disfrutar de todos los rincones por los que vas a pasar.
Eso si, si vas con niños te vas a tener que saltar iglesias y museos porque sólo con los 4 puntos que he mencionado la paliza está asegurada, pero como son tan impresionantes, ten por seguro que ellos disfrutan tanto como tu ( siempre y cuando pares de vez en cuando y sepas reponer fuerzas con helados y pizzas, mis 2 mayores pecados capitales en Roma).
DÍA 3 EN ROMA:
Nosotros el domingo lo comenzamos yendo a la Basílica de Santa María la Mayor. Punto intermedio entre la Fontana de Trevi y el Coliseo y monumento impresionante para visitar. Es la única iglesia que visitamos aparte del Vaticano. Es el sacrificio que hay que hacer si vas con niños a Roma, por eso lo mejor es que elijas los monumentos a priori y así te aseguras de ver lo mínimo que hayas planeado.
De la basílica al Coliseo. Nosotros no habíamos sacado los billetes para el Coliseo a priori, pero la cola para sacar estas entradas no era demasiado grande, así que no nos arrepentimos. Con estas entradas tienes acceso al Corso, al Palatino y al Coliseo.
Un consejo: empieza la visita por el Corso y el Palatino, la cola es mucho más pequeña y además te pilla con energía para andar y ver todos los rincones. A esta visita nosotros le dedicamos casi 2 horas. Nos salimos por un lateral y nos alejamos un poco para comer en un estupendo restaurante unos espaguetis a la Vongole espectaculares.
Después de la comida volvimos al Coliseo y la cola era mucho menor (lógico porque mucho turista sale de Roma el domingo por la tarde). Visitar el Coliseo con niños te lleva una horita (con descansos y paradas para contar historias de romanos).
Desde luego, a mi no me alcanza la imaginación para pensar como leches se pudo construir ese pedazo edificio en aquella época.
El domingo por la tarde, el paseo desde el Coliseo hacia el centro es algo muy especial. La calle es peatonal y se llena de artistas callejeros que hacen el deleite de los niños. Nosotros enlazamos ese paseo con otro paseo a fondo por la Vía del Corso. Un poquito de shopping y paradita en Plaza España, junto a la Embajada española.
Cenita, helado en la fontana y a desmayarse en el hotel.
DÍA 4 EN ROMA:
Nosotros nos pedimos el lunes de vacaciones, así tuvimos más rato para visitar la ciudad. En el último día cogimos el metro para ir a la parada del Circo Máximo: últimas ruinas que visitamos para a continuación visitar la Bocca della Veritá que está justo al lado. Si sabes adornar la leyenda y meterles un poco de miedo a los niños con el tema de que la boca se cerrará si mete la mano un mentiroso, puedes pasar un rato divertido mientras que esperas a hacerte tu foto de rigor.
Vuelta a la zona de nuestro hotel para hacer compritas de comida y de vuelta al aeropuerto.
Dónde comer en el viaje a Roma
En cuanto a comer en Roma, cualquier sitio es bueno. Desde luego se come mucho mejor que en Venecia y también mucho más barato que en Londres.
Separarse un poco de los sitios dentro de los puntos turísticos y cualquier pequeño restaurant o pizzería puede convertirse en un lujo para tus sentidos. No pretendo que este post sobre mi viaje a Roma se convierta en una recomendación de restaurantes, pero sólo voy a recomendar uno. Un pequeño restaurant a 5 minutos de la Fontana de Trevi: That´s Amore. Es imprescindible reservar porque es muy pequeño y siempre está lleno, pero es un sitio perfecto para entender lo que es la comida italiana. Cualquier pasta o pizza es buena; también el pescado, pero si vas a estar en Roma 3 días creo que hay que aprovechar para forrarse a pasta, pizzas y helados :).
Creo que se me nota que soy un zampabollos, pero es que una de las cosas que hace a Italia especial es su comida. Cosas imprescindibles para probar:
- Pizzas al taglio. Roma está lleno de pequeñas pizzerías donde te venden porciones de pizza que cortan en el momento de pizzas gigantes. Esta pizza no tiene nada que ver con las pizzas verdaderas, pero también hay que probarlas. Son muy gordas, pero si están bien hechas también son muy buenas.
- Pizzas de restaurante. Las pizzas italianas de pizzerías de verdad son ultrafinas y con un saber inigualable. Sin duda, otro básico a hacer.
- Pasta: en cualquiera de sus variantes, espaguetis, tallarines, mararrones… Mis favoritos los espaguetis tradicionales; en Roma recomendaría los «fruta di mare» o los básicos con tomate. También muy recomendable si no los habéis probado los gnoquis.
- A los niños también les encantan los canelones y no sé porqué, pero en Italia saben diferentes.
- Y no se me ocurre mejor manera de acabar este post que recomendando probar los helados de calle italianos. Cualquier sabor, pero sin duda 2 clásicos italianos a probar son los de strachatella y los de «flor de latte».
No lo dudes, si haces tu viaje a Roma con niños o solo, disfruta de todos los placeres y por supuesto, si quieres recomendar algún otro rincón no dudes en hacerlo y lo tendré en cuenta para mi próxima visita…
www.conradoymas.com |
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