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Como manejar las emociones negativas – Darse permiso para ser humano

Cómo Manejar Las Emociones Negativas

Contents

Qué tipos de emociones existen.

Antes de poder profundizar en el tema de cómo manejar las emociones negativas, quiero analizar brevemente los tipos de emociones que existen y cómo se pueden clasificar.

Como ya hay mucha literatura sobre este tema, no quiero perder mucho el tiempo aquí, sólo quiero hacer un apunte importante: no creo que haya emociones buenas y malas o emociones morales e inmorales; todas son emociones humanas, emociones necesarias, por eso, más que hablar de emociones negativas y positivas, creo que es más interesante distinguir entre emociones placenteras y dolorosas.

Ejemplos de emociones placenteras:

  • Amor
  • Alegría
  • Excitación
  • Diversión
  • Gratitud.

Algunas emociones dolorosas:

  • Tristeza
  • Enfado
  • Envidia
  • Ansiedad.

La gestión adecuada de las emociones

Gestionar bien las emociones, comienza por aceptarlas (no esconderlas) y entenderlas. Intentar controlar las emociones y no sentir lo que sientes es un error.

El camino de la aceptación consiste en darnos permiso para ser humanos y sentir como humanos. Es decir, sentir todo el abanico de emociones humanas, incluyendo las dolorosas.

Una cosa es estudiar psicología positiva, la felicidad como una ciencia y otra muy diferente creerse que vas a ser y estar feliz todo el tiempo. El problema que tenemos en la sociedad actual, donde las redes sociales sólo muestran lo positivo de la vida, aunque muchas veces sea forzado, fingido o la excepción, es que parece que si te sientes mal o tienes una emoción negativa, algo va mal. Hay algo roto dentro de ti que hay que reparar.

Es muy normal aceptar como lógicos pensamientos como los siguientes:

«Tiene que haber algo mal dentro de mi porque estoy sintiendo envidia de mi mejor amigo.»

«Tengo ganas de dar un bofetón a mi hijo, claramente soy un mal padre.»

«Tengo cangelo antes de hacer una presentación, cada día tengo menos seguridad y soy más débil.»

Lo importante a tener en cuenta a la hora de afrontar las emociones negativas es que, como decíamos antes, realmente no deberíamos hablar de emociones negativas, sino emociones dolorosas y también tendríamos que tener muy claro que no hay nada malo en sentir este tipo de emociones dolorosas. Al revés, algo iría mal si no lo sintiéramos de vez en cuando.

Tenemos que entender que sentir envidia, agresividad o miedo son emociones normales y que no pasa nada malo en nosotros por sentirlas, lo importante es decidir cómo canalizar esas emociones y decidir la mejor manera de reaccionar.

La paradoja negativa de intentar bloquear las emociones

La actitud de intentar bloquear las emociones que son consideradas como negativas por mucha gente es algo muy normal: ¡No sientas miedo!, ¡No estés triste!… Este tipo de reacciones y de consejos a terceras personas para intentar manejar emociones que le hacen sentir mal a una persona, en realidad, lejos de ayudar, perjudican enormemente.

Intentar bloquear este tipo de pensamientos genera una paradoja con dos efectos:

Primer efecto:

Si tu intentas controlar y reprimir una emoción negativa, lo único que consigues es que esta se haga más fuerte dentro de ti.

Y si no me crees, haz una pausa durante 15 segundos e intenta no pensar en un tigre blanco durante este tiempo. ¿eres capaz?

Lo mismo sucede cuando intentas controlar otras emociones como por ejemplo: miedo a dar clase, ansiedad, etc. Intentar solucionarlo intentando controlarlo y bloquearlo es contraproducente.

Al revés, deberías intentar dejarlo que fluya, que pase a través tuyo. Al final puedes convertir el miedo en excitación positiva que te ayude a estar concentrado y a tope.

«El dolor es inevitable, pero el sufrimiento si es controlable.»

Cuando intentamos rechazar el dolor, le estamos añadiendo una 2ª capa.

La psicóloga americana Kristin Neff explica que:

Los sentimientos negativos son por su naturaleza temporales. Se debilitarán con el tiempo, siempre y cuando no los prolongues o amplifiques con tu resistencia o rechazo.

Kristin Neff

La única manera de debilitar el dolor y liberarnos es estar con nuestras emociones como son. El único camino de salida es a través.”

  El 2º efecto de la paradoja es que:

Cuando rechazas y bloqueas emociones dolorosas, estás comprometiendo tu potencial de experimentar emociones placenteras.

¿Por qué?

Porque las tuberías de las emociones son únicas.

Aquí podemos acudir a los pensamientos de una de las psicólogas más de moda del momento: Brené Brown (su libro sobre la vulnerabilidad se ha convertido en un best seller). Ella explica que:

Nosotros no podemos adormecer o paralizar emociones selectivamente. Cuando entumecemos emociones dolorosas también entumecemos las emociones placenteras.

Brené Brown

Así que tenlo claro: permítete sentir todo tipo de emociones. No hay emociones malas, todas son normales y aceptables.

Las emociones, todas, son naturales, son parte inevitable de la naturaleza humana.

El concepto de darse permiso para ser humanos

Este concepto de darse permiso para ser humano a la hora de pensar en cómo gestionar las emociones negativas es algo que he aprendido del profesor Tal Ben Sahar.

Tal explica que para entender correctamente la idea de «darnos permiso para ser humanos» debemos distinguir claramente entre emociones y comportamientos (actuaciones). Sentir algo es permisible, reaccionar de una determinada manera y hacer algo ya es diferente.

También hay que tener claro que aceptación es algo diferente a resignación.

Ejemplo:

Si se muere un ser querido, está bien sentir dolor, pena, tristeza, enfado, alegría o lo que sea… hay que dejar que fluya. Está demostrado que quien intenta hacerse el fuerte y controlar este tipo de emociones, al final tarda más en curar. Sin embargo, esto no significa que el permiso de ser humanos nos de permiso para actuar de determinada manera: salir a emborracharnos sin control, resignación y encerrarnos en nuestro cuarto sin hacer nada…

El permiso para ser humanos consiste en lo que Tal llama aceptación activa: aceptar la emoción a la vez que se acepta la actitud y el comportamiento más apropiado.

Como decíamos al principio, no hay emociones morales e inmorales. No hay emociones buenas o malas. Son sólo emociones, pero cuando esto llega al comportamiento, la cosa cambia. Porque si cruzo la frontera, por ejemplo, soltándole una bofetada a alguien, entonces ya he cruzado la línea que no debía, porque sí que hay comportamientos morales e inmorales.

Para entender mejor la diferencia entre emociones y comportamientos, nada mejor que el ejemplo de la valentía: tener miedo es normal, no pasa nada malo con ello, lo importante es cómo reaccionas ante esa emoción.

Una persona valiente no es alguien que no siente miedo, una persona valiente es alguien que sabe enfrentarse a sus miedos y reaccionar adecuadamente.

Aceptación activa de las emociones como truco para manejar las emociones negativas

Volviendo al concepto de aceptación activa como clave para manejar todo tipo de emociones vamos a pensar en un caso muy normal que creo que nos puede ayudar a entenderlo mejor y a saber aplicarlo en nuestro día a día. Pensemos en el siguiente caso:

Un directivo que piense que tiene controlado su carácter y que está por encima de los enfados con su equipo. No se permite que sus sentimientos fluyan y los bloquea porque cree que un buen jefe no debe tener ese tipo de sentimientos.

Esta persona antes o después explotará o lo que es peor, sus enfados le manejarán sin que se dé cuenta. Sin embargo, si su actitud fuera de aceptación activa: podría hablar sobre estos sentimientos, escribir en un diario lo que siente y qué actitudes le hacen sentir qué tipo de sentimientos. Analizarlo y pensar en formas de actuar.

Aceptando que en el trabajo su equipo es capaz de enfadarle de verdad, dejando que la emoción fluya y analizándola podrá hacerla pasar más rápidamente y utilizarla más positivamente.

Por supuesto, siempre y cuando haya sido capaz de controlar adecuadamente su comportamiento: si el enfado equivale a chillidos, entonces ha cruzado la barrera del comportamiento adecuado. Sin embargo, si ha sabido comportarse con control, pero dejando fluir la emoción y analizándola, su control será mejor y sus tuberías de las emociones funcionarán mejor.

Piénsalo mientras estás reprimiendo un enfado con tu equipo es imposible que estés alegre y sintiendo cosas positivas.

El darnos permiso para ser humanos también nos es útil para entender lo equivocada que está la idea que cree que una vida feliz es una vida sin tristeza o sin emociones negativas.

El camino de la aceptación consiste en darse cuenta de que todas las emociones son naturales y legítimas.

Para conseguir nuestro máximo potencial de felicidad, tenemos que permitirnos ser capaces de sentir nuestra infelicidad, emociones negativas que pasan a través de nosotros porque son parte de nuestra naturaleza humana.

La ciencia de la felicidad entiende estas emociones como normales y necesarias y su adecuada gestión también nos ayudará a que pasen más rápido y dejando menos daño, además de permitirnos volver a niveles altos de felicidad antes y de manera más duradera.

Recuerda: No hay emociones malas (todas son normales), en realidad nos referimos a que son emociones dolorosas, pero es normal y admisible sentirlas. Hay que permitir que afloren, entenderlas, profundizar en los motivos reales y así es como poco a poco aflorarán, se harán más débiles y terminarán desapareciendo y dejando hueco a otras emociones. Esta es la mejor manera de manejar las emociones negativas o más dolorosas.

También es muy importante saber elegir el comportamiento adecuado para ayudar a que esas emociones dolorosas pasen más rápidamente y dejando el menor daño posible. Por ejemplo: escribir sobre ellas o hablar de las mismas es algo que te será mucho más útil que la rumiación y el irte a un rincón a pensar sobre las mismas a solas con música triste que te deprima todavía más.

Hasta aquí el capítulo de hoy, espero que te haya gustado y te haya hecho reflexionar, que para eso es para lo que hago este Blog personal, para reflexionar e intentar mejorar.

Ya sabes si ves a alguien sintiendo una determinada emoción dolorosa no le digas que no esté triste o que no sienta esa emoción. Al revés, dale un abrazo y anímale a dejarle que aflore todo.

Y para no terminar con un pensamiento negativo, con las emociones positivas, lo mismo: que afloren, déjalas que salgan. Si te sientes feliz, exprésalo, déjalo que fluya. La felicidad se contagia, así que expande tu buen rollo.

Nada más, aquí acaba el capítulo. Si conoces a alguna persona que esté pasando un mal momento, quizás sea una buena idea compartirle este capítulo. En cualquier caso, si te apetece, comparte tu opinión y cualquier comentario que estimes oportuno. También si te es más cómodo puedes escuchar al Podcast sobre la gestión de las emociones dolorosas en este link:

Que tengas un gran día.

Conrado MartínezAutor: Conrado Martínez
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Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. En lo personal, manejar las emociones negativas requiere autoconciencia, aceptación, expresión saludable, autocuidado y una mentalidad positiva. No podemos evitar completamente las emociones negativas, pero sí podemos aprender a gestionarlas de manera constructiva y convertirlas en oportunidades de crecimiento y transformación personal. El camino hacia un bienestar emocional duradero comienza con el compromiso de cuidar nuestras emociones y nutrir nuestra salud mental.

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